domingo, 8 de marzo de 2009

SUEÑOS


Recuerdo que estaba desnuda en la cama, hacia calor y estaba exaltada. Me quedé dormida y empecé a soñar con un desconocido, era alto, de pelo largo, un morenazo de infarto. Un sueño muy húmedo y excitante. Nos habíamos ido juntos de viaje a un país centro europeo, hacia mucho calor y era una ciudad pequeña y con mucha gente en sus calles árabes. Le dije a mi hombre que fuéramos a visitar un jardín para parejas que había al otro lado de la ciudad. Tenía unas rejas gigantes y estaba lleno de naturaleza, flores, una impresionante fuente que la vista no alcanzaba y al fondo un hotel. Ya había estado una vez allí y sabía que aquel jardín guardaba un secreto. Toda la pareja que pasara de su puerta, no podría dar marcha atrás a su pasión y su deseo. Aquella brisa, aquellos perfumes y aquel susurro de los árboles hacían desatar irremediablemente la voluptuosidad del deseo y el sexo sin saber porqué. Yo llevaba un vestido corto vaporoso y escotado y el un pantalón y una camisa blanca. Nada más entrar, noté esa presencia voluptuosa e inmediatamente mis pezones se pusieron duros y se dejaban ver sobre mi escote, él me miró y sin saber porqué me agarró en su brazos y me dio un beso largo y profundo. Me empujó sobre el tronco de un árbol enorme y allí, sin sacar su lengua de mi boca, empezó a meterme mano. Al llegar a mi sexo supo que no llevaba ropa interior...estaba empapada, él me miró con unos ojos asombrados por el panorama y sin mediar palabra le metí la mano entre su pantalón...estaba enorme, muy dura. Yo lancé un gemido de placer y él se apretó aún más contra mí. Le dije de ir al hotel, y en el trayecto no parábamos de meternos manos y besarnos.
Llegamos al hotel y solo nos dejaron una habitación que usaba el personal para follar. Era muy bonita, pequeña pero muy soleada y con todo lo que podíamos necesitar. El me subió a su cintura y me puso contra la pared, no paraba de meter su dedo en mi sexo y la lengua en mi boca. Yo chupaba su lengua como si fuera su sexo y eso lo ponía aún mas excitado. Me llevó a la cama y me posó con suavidad, dejando caer todo su cuerpo sobre el mío. Le dije que esperara, que se pusiera de rodillas frente a mi y a la par nos fuimos desnudando. Le dije que se masturbara, que yo haría lo mismo, al principio protestó y entonces empecé yo. Empecé a tocarme los pechos con mis pezones enormes y duras y con la otra mano mi sexo, gemía de placer y él se agarró su polla con la mano y empezó un movimiento frenético sin dejar de mirarme. Lo vi fuera de sí y me agaché y la metí en mi boca, tenía un sabor salado delicioso. Mientras yo se la comía con un placer que me volvía loca, él manoseaba mi sexo con su mano...me penetraba con su dedos por todos los sitios, estábamos a punto de corrernos los dos. En ese momento el me quitó de entre sus piernas y me tumbó con fuerza boca abajo sobre la cama. Completamente tumbada me penetró con fuerza y dejó caer su cuerpo sobre el mío. Mientras me follaba con furia, mordisqueaba mi cuello, yo no paraba de jadear y decirle palabras que ni yo entendía. Sentía su polla entrando y saliendo, mi clítoris presionado por la cama y sus gruñidos encima de mí, que yo me corrí como una salvaje y levantando mi cabeza para poder sacar todo mi placer por la boca....al sentir mis gritos de placer él no pudo aguantar más y al correrse no pudo controlar sus bramidos salvajes. Inmediatamente desperté sofocada y aún me latía el clítoris de tanto placer como me había dado aquel desconocido.

1 comentario:

Rodrigo Fúster dijo...

".. ¿¿¿donde estaba la llave que abriría su deseo,
porque el cerrajero no controlaba sus impulsos,
porque la vida lo adería a estos muslos virgenes...porqué no estaba yo ahí cuando abrió la puerta??????..."

Don Juan De Marco, recordando un minuto que pasó.