martes, 1 de septiembre de 2009

Museo de ¿ARTE?


Habían hecho una exposición de pintura y fotografía antigua, que me encanta, en mi pueblo. En sí lo que realmente me fascinaba era que el mismo museo, había sido una casa señorial típica y adentrarme en sus muros me daba la sensación de haber vivido allí en otros tiempos. Había un chico que era el encargado de abrirlo y hacía tiempo que me tiraba los tejos.
Nada más llegar me dijo que estábamos solos y que le apetecía poseerme en aquel lugar. Me atraía muchísimo y acepté. Subimos a una de las salas, todo el suelo era de madera antigua y crujía a nuestros pasos, hasta que llegamos a una mesa de madera antigua. Yo llevaba un blusón largo verde, él quería sentarme en la mesa y devorar mi sexo, pero a mi me apetecía comerlo a él, así que me quité mi tanga, lo coloqué sobre la mesa y bajé sus pantalones hasta lo tobillos. Lo senté en la mesa y comencé mi ritual.
Era totalmente enloquecedor saborear su sexo ante la mirada de tanta gente fotografiada. Yo estaba completamente extasiada y él enloquecido hasta que oímos que alguien llamaba abajo. Mierda.
A toda la carrera, le subí los pantalones, la cremallera que casi se la pillo con ella y salimos de la habitación como sin haber roto un plato. A mitad del pasillo, me dí cuenta de mi tanga y eché a correr para cogerla, porque claro, aunque son divinas no creo yo que colara que mi tanga era una obra de arte. Lo metí del brazo a otra sala y le hacía preguntas estúpidas sobre la exposición,
seguramente sin sentido porque mi cabeza estaba en otra situación y a él le dio un ataque de risa porque no entendía de que coño le estaba hablando. Era solo para disimular. Cuando subió la gente a ver la exposición, uno de los chicos que debió de oír el crujido de las tablas, se me quedó mirando y me guiñó un ojo, cómplice de lo que sabía que estaba ocurriendo. Yo le sonreí.
Bajamos para abajo, nos sentamos en un banco de madera del patio de aquella preciosa casa. Cuando la gente se marchó, me agarró del brazo y volvimos a subir otra vez para la sala. Sabíamos que no teníamos mucho tiempo hasta que volvieran a venir mas personas, así que, volvía quitarme el tanga, a bajarle los pantalones y chupar como una loca. El me dijo que quería tocarme, así que me puse de pié, con mi mano me agarré a su cintura, con la otra y mi boca lo hacía enloquecer y mi culo en pompa ofrecido en sacrificio a sus poderosos y largos dedos que hacía de pene. Cuanto mas me tocaba y mas me penetraba por todos los sitios con sus dedos, mas ardiente estaba mi boca. No hubo un segundo de descanso....fuerza, ritmo, pasión, locura, adrenalina, miedo, no miedo...daba todo igual, solo importaba nuestra pasión y nuestro deseo. Si en eso momentos llega a subir alguien, me hubiera importado poco que me hubieran visto el culo y mi pose. Al fin y al cabo todo es arte.

Su semen llegó a mi boca con fuerza al mismo tiempo que mi orgasmo, casi me atraganto con todo a la vez, porque mi boca pedía gemir, pero a la vez deseaba tragar. Sus piernas tiritaban de una forma descomunal, creí que se me derrumbaba. Cuando terminamos se quedó sentado en la mesa y no podía moverse. Hubiera dado lo que fuera por hacerle una foto.
Como pude, lo incorporé, lo vestí porque él era una auténtico trapito fuera de combate. Bajamos y nos volvimos a sentar en aquel banco, yo recostada sobre él y sabéis lo que pensé? Que aquellas paredes debían de haber vivido muchos momentos de sexo, pasión, lujuria, momentos furtivos y de repente, aparte de estar muy orgullosa de como había dejado a aquel chico, me sentí orgullosa de haber dejado mi firma entre aquellas paredes. Aquel museo ya tenía otra historia lividinosa que callar o que contar.




14 comentarios:

Anónimo dijo...

en cualquier caso otra historia vivida entre sus paredes privilegiadas para vuestro arte único, el arte del sexo y el placer. Olé hermosa.

Anónimo dijo...

A este paso, vas a acabar con el personal masculino de tu pueblo....
Gracias por la visita.

Amanteceres dijo...

Tú si que eres una obra de Arte de Sensualidad... Me pierdo en tus renglones, no dejas de sorprenderme.

Un besazo preciosa

© MEDEA dijo...

JUAN/ al menos tendrán una historia mas que contar. Besos

PASEANTE/ pues mal voy porque hay pocos...jajaja. Besos

AMANTECERES/ gracias amiga. Como que tu te quedas para atrás...jajaja. Muac

Anónimo dijo...

es un buen relato

@Intimä dijo...

El crujir de la madera era complice jadeante de vuestra pasión.
Jeje Besitos.

Anónimo dijo...

Gracias por tu visita. Al final, yo también creo que una mirada es lo más erótico que hay.

Unknown dijo...

linda, bella y generadora de los deseos mas míos,
recurriré al museo de ahora en mas,
y con una sonrisa que me traerá este recuerdo,
besos

Max dijo...

El sitio más apropiado para una auténtica obra de arte.
;-)

Besos artísticos

ALFA dijo...

Hola Medea!!
Despues de un rato vuelvo de nuevo
y wooaoooww
me encuentro con esta nueva historia y es que el verse en medio de tanto arte motiva...
Saludos!

Arkantis dijo...

Ayy tus historias,,suben la temperatura...al que tenga frio le recomiento tu blog..diosa del deseo...


Un besito preciosa ya estoy de regreso..

:-)

Lunna dijo...

Seguro que al que mas le parecio una obra de arte, lo que sucedio entre esas cuatro paredes fue al que tu hiciste tu "particular" cuadro.
Esos ambientes se prestan a ello.
Seguro que las fotografias que os observaron lo comentaron entre si.
Sensual relato lleno de erotismo.

Besos.

Lunna.

Javier Martín Alvarado dijo...

Preciosa pagina Medea... me alegro que hayas sido capaz de expresar todo esto...es muy agradable ver tus textos... y una maravilla tus fotos
Un beso

Anónimo dijo...

¡como siempre! soberbia...

Pedazo de cuadro el tuyo primita mia....

¡que fuerza por dios! jajajajajaja

al jambo de la cobá lo dejastes rotoooooooooooooo jajajajajajajaja

eso es arte prima... jajajajajaja

Tu tito Juan de Jerez

http://artejerez.blogspot.com/

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