martes, 23 de febrero de 2010

MI ORGASMO

Si me pones completamente abierta de piernas,

que la piel de mi sexo quede extremadamente tensada,

sujetando con tus potentes brazos mis piernas para que no se cierren

y lamiéndome, ocurriría ésto:


lamida laaaargaaa y caliente labio izquierdo

ummmmmmmmm

lamida laaaaaaaargaaaa y caliente labio derecho

ayyyyyyyyyy...asiiiiiii

ummmmmmmmmm

lamida suave y caliente culo

oooooooohhhhhhhh

lamida penetrante en mi volcán

asiiiiiii....sigueeeee

uf

uf

ufffff

lamida y parada en mi clitoris

no te muevas

no te muevas

asi

asi

vamoooossss

no pares ahora

sigueeee

uf

uf

ufff

sigueeee

succiona con fuerzaaa

asiiiiii cabróonnnn

sigueeeeeee

no pares ahora

sigueeee

me corrooooo

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡aaaaaaaaaahhhhhhhhhhh

aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh!!!!!!!!

Eres el mejor COME-COÑOS

de la faz de la tierra.



domingo, 21 de febrero de 2010

¿Y TU QUIEN ERES?

Era el fotógrafo del instituto donde doy clases de sexología.
Peinaba canas.
Siempre esa cara sobria y esos modales tan extremadamente educados me hacían preguntarme:
¿Y este hombre sabrá comerle el sexo a una mujer?
¿Y sabrá hacer algo más que meterla, sacarla y dar las buenas noches?
¿Y si después de follar, una mujer le hace cosquillas…se reirá?
Os juro que aquel hombre de la “triste figura” me intrigaba muchísimo.

De repente un día, me estaba esperando al salir de clase y me dijo si quería tomar un vino en su casa, que le gustaría charlar sobre nuestros trabajos y pasar una velada con una mujer interesante como yo.
Claro que acepté, porque aunque me sonaba a milonga, me apetecía responder a las preguntas que rondaban mi cabeza.

Estábamos en su salón. Sentados en sofás individuales, amplios, aterciopelados, cálidos…..la chimenea encendida y sobre la mesa, una botella de buen vino.
Estaba muy conversador, extremadamente sobrio en sus gestos y creo que bastante tenso.
Yo lo observaba mientras mi cabeza preguntaba: ¿Peinando esas canas, a cuantas mujeres habrá hecho suyas? Y a cuentas habrá amado?.
Sin más me levanté y le pregunté si tenía música.
Me señaló donde estaba el equipo. Tenía una colección impresionante de música.
Me entretuve un rato mirándola mientras el seguía hablándome desde el sillón. De repente, mi vista tropezó con Santana y su Europa. Una de esas canciones de baldosa, muerdo en el cuello y manos en nalgas femeninas. Una canción que siempre me ha traído algo bello a mi vida.
Cuando empezó a sonar, me transformé. No se que me ocurrió, pero mi libido subió al infinito, mis pezones endurecieron sin mas y mi sexo se empapó.
Todo mi deseo era imposible ocultar bajo un vestido blanco y sin ropa interior.
Me giré y clavé mi mirada pasional en él.
Se calló.
No se que vio en mi cara que no volvió a articular palabra.
Me miró de arriba abajo.
Lo vio todo.

Juro por mis muertos, que aquel hombre ya no era el hombre serio y aburrido que conocía.
Me encaminé a él con mi cuerpo cimbreante y lleno de ganas de él.
Llegué ante él.
Descarada, me planté de pie entre sus piernas, inmóvil y caliente…..muy caliente.
Metió sus manos bajo mi vestido, subiendo por mis muslos y al tropezar con mi sexo desnudo oí su gemido.
Su cara me decía TE DESEO BRUJA
Delante de sus narices, me quité el vestido dejando toda mi desnudez al deleite de su mirada. Impresionada vi como su boca bajaba a regalarle a mi sexo un beso, dos, tres…

Y ahora voy hablarte en primera persona porque sé que lo estás leyendo.

Me muero por ti.
Agarro tu nuca y dejo que tu lengua me beba.
Con mis manos te aparto. Te beso la boca….ummmm, huele a mi coño.
Me doy la vuelta. Te doy la espalda.
Acaricias mi culo.
Me siento en tus piernas.
Pego mi culo en tu paquete.
Siento tus poderosas manos abrir mis piernas, colocarlas alrededor de las tuyas y mientras me besas el cuello, tu mano izquierda pellizca mis pezones y tu derecha se mete a buscar calor en mi sexo.
Si sigues así, sabes que me correré y no me da la gana.

Me bajo y como una penitente me arrodillo ante ti. Desabrocho tu bragueta liberando tu verga apretada entre telas.
Ummmmmmmm….mojado, latente, caliente, salado….
Lo meto en mi boca para que no se enfríe mientras te desnudo.
Estalla tu piel.
Tus venas burbujean.
Tus manos agarran mi pelo con fuerza, mientras haces que tu polla se clave en mi garganta.
Me quitas de golpe.
Te levantas con furia del sofá. Con tus brazos curtidos, me colocas sobre la orejera del sofá, con mi culo en pompa y extremadamente abierta.
Me das miedo. No te veo. Estás detrás de mí.
Ooohhhhh…tu lengua….tu lengua….loca lengua recorriendo y mordiendo mi sexo igual que los machos, antes de montar a su hembra.
No escuchas mis suplicas.
Voy a correrme y no me oyes.
No quieres oírme.
Grito…¡¡¡amor me corrooo!!!…..
Bebes
Muerta…Inmóvil…Paralizada
No, no no….eso no….
Suave, despacio animal…..por favoooor
Tu polla se ha clavado en mi culo hasta el tope de tus testículos.
Te quedas inmóvil mientras echas tu cuerpo encima de mi espalda y besas mi cuello.
Niña, relájate, ya está…..ssshhhhhh!!!…
Me metes la lengua en mi boca mientras te mueves dentro de mí.
Ummmm…ahora si. Ahora quiero más, quiero fuerza, quiero sentir como tus testículos golpean mi clítoris y te quemas conmigo.
Fóllame fuerte.
Una embestida
Otra

Y otra
Rápido
Mas
Sigue
Mas
Chupo tu dedo en mi boca
Gruñe cabrón
Móntame así
Nuestros sexos se besan
Arqueas la espalda
Bramas y sigues bramando
Te desplomas en mí
Chorreo
Me besas
Me llevas a la alfombra delante de la chimenea
Te tumbas a mi lado
Me miras, me besas y me preguntas:
¿Y tú quien eres?


martes, 16 de febrero de 2010

BESAME

Hoy me muero por tus besos.
Derrito el Hielo.
Quiero que me des muchos besitos, pero déjame guiarte si?





en mi boca
muérdeme los labios
y que nuestras lenguas echen un pulso



en mis pechos
ummmmm....lámelos
muerde mis pezones empitonados y
masajéalos con tus grandes manos.


en mi espalda
recórrela de arriba abajo.
Consigue que mi columna vertebral
se estremezca a cada lamida.


en mi culo
mordisquéalo y dale muchos besos.
Manoséalo con destreza y
cuando haya conseguido que te lo ponga en pompa
lámelo sin compasión.


en mis pies

me encanta como los chupas.

Me enloquece sentir tu boca en mi dedo

mientras miras de reojo

la abertura de mi sexo...uffffff



en mi Olimpo
mmmmmmmmm.....
quiero que te mueras en él,
que nunca se acabe,
muerde, chupa, come, lame, juega, bebe
méteme mano....!!!por favooorrrrr!!!



Y termina
follándome
follándome
follándome
follándome
follándome
FOLLÁNDOME



miércoles, 10 de febrero de 2010

STRIPTEASE

Voy a excitarte con mi desnudez.
Ponte cómodo.
Pon la canción nº 2 de mi blog si te apetece.
Afloja tu ropa. Que nada evite fluir la excitación por todo tu cuerpo.
Pon luz suave en tu habitación.
Si me ayudas podemos acabar follándonos.



TU, recostado sobre el cabecero de la cama.
YO, vestida con camisa, falda ajustada y zapatos de aguja.
Coloco una silla frente a ti. Será mi escenario.
Y suena la música.

Mi cuerpo comienza a cimbrearse en un movimiento sensual al ritmo de la música.
Mis dedos desabrochan uno a uno los botones de mis camisa dulcemente.
La abro.
Mi sujetador transparente te deja ver mis pechos que se mueven como la gelatina.
Me insinúo a tus ojos. Me meneo a un lado y al otro de la silla a golpe de cadera.
Alzo mi pierna al asiento de la silla.
Mis manos recorren mi pierna…subiendo mi falda hasta llegar al liguero que voy desabrochando lentamente.
Disimulando, subo mas mi falda dejando que veas parte de mi culo.
Alzo la mirada y la clavo en tu sexo y en tus ojos.
Tienes la mano dentro del slip.
Mirada perversa…viciosa.
Corto la mirada.
Sigo contorneándome al ritmo sensual.
Ahora le toca a la otra pierna.
Vuelvo a subir suavemente a desabrochar el liguero.
Llega un olor profundo de mi sexo. Ummmm.
Me enerva.
Ahora te doy la espalda mientras me voy bajando mi falda lentamente.
Mis manos a cada lado de mis caderas, moviéndolas de un lado a otro.
A ese ritmo voy bajando mi falda, dejándola deslizar sobre mi piel.
Me ves.
Un cuerpo cimbreante de mujer, vestida con tacones, medias de blonda, un liguero desabrochado, un tanga brasileño de encaje y mi sujetador.
Vestida para amar.
Mis dedos se deshacen del liguero que arrojo al suelo con pasión.
Bajo los tirantes del sujetador.
Giro la cabeza para verte y provocarte.
Me pides que me lo quite.
Lo desabrocho.
Te lo tiro a tus pies.
Sigo de espaldas a ti.
Muy lentamente me empiezo a quitar el tanga que voy bajando por mis piernas. Flexiono hacia delante mi cuerpo y toda mi espectacular vista trasera solo para tus ojos.
Deposito mi tanga en mis tobillos.
Coloco mis manos en el asiento de la silla.
Levanto una pierna para liberarme del tanga y la coloco separándola de la silla.
Levanto la otra y la separo al otro lado.
Mis pierna hacen un triángulo perfecto.
Flexiono mis piernas abierta, recojo el tanga y te lo lanzo a la cara.
Te veo
Ya está desnudo y tremendamente erecto.
Recoges mi tanga y la hueles. Te enloquece el olor a coño.
Sigues mirándome.
Estoy abierta. Apoyada las manos en la silla.
Mi culo en pompa.
Mi sexo resbaladizo y brillante.
Mojado y excitado.
Te lo meneo bien para que desees comerlo y penetrarlo.
Mis dedos me acarician.
Quedan empapados.
Me siento a horcajadas en la silla.
Me muevo en ella como si te cabalgara, como si estuvieras debajo de mi.
Vuelvo a girar mi cabeza.
Tengo la mirada asquerosamente folladora puesta en ti.
Tienes tu verga en la mano.
La meneas de arriba-abajo.
En cualquier momento saltas de la cama a mi silla.
Te provoco. Cojo mi dedo lubricado con mi humedad y lo lamo, sin dejar de mirarte, como si fuera tu verga cuando la sientes caliente con mi lengua.
Meto mi dedo en la boca y lo chupo con muchas ganas. No dejo de mirarte.
Una mirada que te dice VEN Y FÓLLAME YA.
Me giro.
Sentada frente a ti.
Con las piernas abiertas.
No puedo parar de tocarme.
Vas a dejar que me corra sola?



martes, 2 de febrero de 2010

CRUCE DE CAMINOS -Final-

21 de Junio de 2009 (solsticio de verano)
8:00 AM

Después de tomar un café y hacer unas llamadas a mis amigas, me encaminé de nuevo al albergue.
Sonreí al grupo, les comenté si estaban preparados para el sabbat de la noche… respondieron con un SI muy ilusionado y malicioso. Les dije que todos, absolutamente todos deberían de levar en sus mochilas una botella de vino y algo para cenar.
Decidieron esa mañana recorrer el pueblo, comprar y charlar con los aldeanos del lugar. Martín se acercó a mí… parecía otro… era como si estuviera embrujándose de todo lo que estaba viviendo.
Me fijé que una de las chicas del grupo que iba con él no le perdía vista y se transformaba su cara cada vez que nos veía juntos. Al fin y al cabo, ellos vinieron juntos y ellos seguirían el Camino juntos…yo no.
Intenté en ese momento ser cauta y le di un beso a Martín despidiéndome de él hasta la hora de emprender el camino a la fuente del sabbat.

Esa mañana madrugué más que mis compañeros, algo me perturbaba, y no hacía falta que pensara mucho en lo que era. Será verdad? si es cierto lo que pienso... ella es... no, imposible!! Pero me llamó por ese nombre, dijo que le recordaba a Jasón. Los chicos bajaron a desayunar y me uní a ellos, y entonces volvió a irrumpir en mis pensamientos manifestándose con esas curvas lujuriosas... Ellos boquiabiertos con ganas de mordisquear esos pezones marcados por el frío del rocío, ellas celosas y frunciendo los ceños al ver la de babas que podría recogerse del suelo. Parecía irreal, como si yo estuviera en otro plano viendo todo aquello y nada fuera conmigo, y sin embargo, si sólo alguno supiera que le metí mi carne hasta el fondo se su cuerpo, que se estremeció con cada empujón que le daba, nada sería tan divertido como hasta ahora.
Fuimos a pasear al pueblo, Medea quiso acompañarnos y por supuesto no me negué. Aunque esta chica me perturbaba incluso en la vigilia, no puedo negar que me dejaría llevar y accedería a ser su esclavo en cualquier momento. Me convertí sin quererlo en la envidia del grupo y a la vez en el más deseado. Laura miraba recelosa continuamente sorteando hombros cabezas, controlando en cada momento si Medea seguía a mi lado. Molesto, pero hasta divertido, si nunca quise nada con ella, no sé qué espera con semejante jaca que se me ha cruzado por el camino. Ya pueden tomar nota, sólo en la actitud, uno se puede percatar de la madurez de una chica.
Llegó la hora, Medea se despidió con un dulce beso, entrecortado, acercó sus labios a la comisura de los míos, como una equivocación con la boca entreabierta se posó sobre mi, cerrándola suave y lentamente., ante los ojos desorbitados de los mendrugos que me acompañan, qué descaro... a ver si espabilan esta noche de una puta vez.
Una vez más esa mujer hizo que me erizara, y no sólo los pelos, menos mal que hoy llevaba ropa interior.
Aún no se había ido y ya la echaba de menos, maldita sea, ¿Cómo es posible? ¿Cómo se puede desear tanto a alguien con quien sólo has compartido unos momentos de sexo? Es lo que me decía para quitarme de la cabeza a esta loba con piel de cordero, un cordero a quien cuidaría celosamente para obtener la mejor lana, y que un día sacrificaría su vida para servirme de sustento. Ah, Medea!! si supieses todo lo que he hecho para llegar hasta ti, aún no lo sabes, pero te he buscado, he removido cielo y tierra, he invocado a las fuerzas del Universo, y cuando todo fluía como rigen sus leyes, apareces, como un Gran Maestro, ni demasiado tarde, ni demasiado temprano, simplemente cuando debía aparecer.

7:00 PM


Hacía una tarde calurosa… esta noche llegaba el verano.
Cinco amigas y yo fuimos al albergue a buscar al grupo.
Les presento a mis amigas. Ellas ya habían estado en otro sabbat que se había hecho hacía tiempo. Mmmmm… aún tiene mi alma sabor de aquel encuentro...El grupo estaba nervioso, sobre todo los chicos, ellas más recelosas, sobre todo cuando vieron llegar a mis amigas, lo que les faltaba, con semejantes cuerpos a ver quién mojaba esta noche. Les hacía falta una aventura como ésta, dejarse llevar y permitirse ciertas actitudes que en el frío de la ciudad no se lanzaron nunca a vivir.
Emprendimos la marcha. La fuente estaba a media hora caminando. Todos con nuestra mochilas.
La marcha fue muy amena con mis amigas. Recordando viejas andanzas y riéndonos todos de lo ignorantes que pudimos llegar a ser.
Martín siempre pegadito a mi, con mirada melosa y receloso de que mis ojos miraran otro cuerpo que no fuera el de él. Eso me gustaba.
Llegamos por fin. Un lugar lleno de encanto y de magia.
La mayoría no se percataba de la poderosa energía que allí había. Solamente nosotras, Martín y alguno más del grupo lo notó. Sus caras se transformaron.
Encendimos un gran hoguera dentro de un círculo de piedras. Estuvimos admirando los alrededores, comentando leyendas de aquel lugar, observaciones y preguntas del grupo… aquello nos dio hambre. Cada uno compartía lo que llevaba. Era como una gran cena en el campo.
Yo era la anfitriona y como tal estaba ocupándome de que la gente se relajara, lo pasara bien, comieran y bebieran. Que no hubiera nadie sin participar.
Empezaba a oscurecer. Nuestros rostros se empezaban a iluminar por las llamas.
Martín no estaba de buen humor, lo notaba, y todo era debido a que yo estaba preocupada de todo el grupo sin volcarme en nadie en particular… al menos de momento.

Estaba nervioso, sabía que podía ser peligroso, Medea es una loba en piel de cordero, pero la deseaba tanto y sabía que todo comenzaría y acabaría esa noche, que pasara lo que pasara sería suyo, no pondría ningún tipo de resistencia. Medea, en mis sueños te amaba dulcemente, te besaba incesante, te hacía mía y tú me hacías tuyo, éramos una sola carne en comunión. Pero esos sueños, nunca fueron realmente sueños. Ambos éramos Maestros en el arte de ensoñar, lo vi claramente en el lecho del albergue, no sólo te hice mía en mi sueño, tú estabas ahí conmigo, tengo la prueba.
Pensamientos, cavilaciones, pasión, sexo, lujuria, todo me pasaba por la cabeza sin querer remediarlo. Hoy estaba resplandeciente, brillaba con cada paso que daba, con cada contoneo de cadera, no podía dejar de mirarla, lo sabe, sabe que la deseo para mi esta noche, y sabe que seré suyo y que no me opondré a sus órdenes. Y ella sabe que se entregará a mi y una vez más la dualidad se convertirá en la unidad, nuestros cuerpos serán el avatar del todo, de la Causa Primera. La Fuente, origen del todo y de la nada, aquí es donde celebraremos el Randaghâdh.
En el claro había un roble, precioso, cuyas ramas cubrían todo aquél mágico lugar. Indescriptible, indómito, salvaje, virgen, y aún así hace falta vivirlo para sentirlo. Medea me miraba lujuriosa y ardiente de pasión, yo sólo deseaba penetrarla una vez más, acariciar su tersa piel, que me poseyera y retenerla con mi gancho para que no deseara aquella noche a nadie más. Comenzamos a beber el vino que llevábamos en las mochilas, yo llevaba además muérdago y una rosa roja que debía entregar a quien hiciera mía. Antes de partir hice mi trabajo, los ritos de inspiración para comunicarme con los espíritus del bosque, y ahora antes de comenzar sólo me faltaba hacer la lectura de los círculos de piedra. Pero este sabbat era idea de Medea, así que me retiré un poco y me apresuré en mis tareas. Todo comenzó de repente. Las desconocidas se apartaron jalonosas y se apresuraron en su regreso, ataviadas de una sutil túnica que dejaba entrever todas sus curvas a contraluz. La energía comenzó a circular como mandan los cánones universales, todo fluía como debía ser, el vino brotaba de las botellas incesante marcando ropas, pieles y cabellos, al fuego se hacía notar cada vez más, risas, carcajadas, desinhibición... Todo era conforme, el Triunfo de la Luz frente a las Tinieblas, el Solsticio de Verano.

Necesitaba que allí ardieran con el fuego diferencias, rencores, tabús… Necesitaba que la gente se liberara de todo eso y dejara su alma a merced del Amor y la Pasión.
El Dios Baco y las risas fueron mis aliadas. No estaban borrachos, solamente en ese punto desinhibido en el que todo se ve de otro color. Las risas subían de tono. Algunos empezaban a estar sumamente cariñosos..
Las chicas y yo nos miramos. Nos fuimos a vestir para la ocasión. Nos pusimos solamente una túnica blanca bastante transparente que dejaba ver nuestros cuerpos desnudos al contraluz del fuego. En nuestras manos llevábamos unos collares hechos de flores por nosotras que colocamos en sus cuellos y junto con una gotas de mi esencia. Su olor desataba la Lujuria que cada uno llevaba en su interior.
Mis chicas y yo comenzamos a bailar y cantar alrededor de la hoguera.
Todos reían, palmeaban nuestra danza, silvaban a nuestros cuerpos de hembras… lo que ellos no sabían era que la canción era un mantra que alejaría por completo su ego, dejando fluir la Pasión.
Mientras danzábamos me fijé que las chicas empezaban a dejarse acariciar por ellos. Martín hechizado por mi..
Había 2 o 3 chicos más que chicas, así que tendrían que acoplarse.

Nosotros superábamos a las chicas, así que habría quien debería compartir si quería unirse, o quedarse fuera y no consagrase ante el fuego sagrado. Por lo que podía ver, creo que nadie deseaba irse, y todos lucharían por ser el macho dominante ante su hembra para no tener nada que compartir. Pero las parejas no las decidíamos nosotros.

Di una orden con la mirada a mis chicas. Nos colocamos delante del hombre que iba a ser nuestro esa noche, en mi caso Martín (se que él era Jasón…el único amor de mi vida), y delante de ellos dejamos caer nuestras túnicas a sus pies, dejando toda nuestra desnudez para sus ojos.
Salimos a seguir la danza, ahora ya completamente desnudas… nos hervía la sangre, nuestros sexos estaban empapados, nuestros pezones erectos, nuestros ojos lujuriosos… Ardíamos como esas llamas.
Los chicos, por sus caras, estaban con ganas de hacer suyas a sus hembras. Alguna de las chicas se habían unido a bailar con nosotras ya desnudas. Las demás, fuimos una a una sacándolas a bailar vestidas….Con la lujuria que se podía respirar, se dejaban besar y toquetear por nosotras, las brujas, hasta que las dejamos a todas denudas…
Algunos de los chicos estaban ya casi desnudos, enfurecidos, calientes como antorchas, con hambre…mucha hambre de sexo.
Algunas de las chicas no querían bailar mas y se fueron directamente a comer…a devorar a su macho cabrio. A las más perezosas, le ayudamos nosotras a decidirse.
Fui a por la chica que no paraba de mirar a Martín...lo deseaba tanto..la agarré de la mano y la llevé donde estaba él. Martín me dijo un No con la cabeza, yo le ordené Sí. Estaba receloso y no quería, así que miré a una de mis chicas que vino a mi llamada. Ella y yo besamos a Martín y a la amiga… hicimos que se besaran ellos, que se acari
ciaran, que se metieran mano…a Martín lo desnudamos entre las tres…
Mientras Martín era besado por ellas dos, yo comencé a mamar su sexo durante un breve momento…y mi amiga y yo nos fuimos a la hoguera a seguir bailando. Quedó solo con su amiga. Ella estaba caliente e intentaba encender aún mas a Martín… El sin embargo aceptada sus besos y sus caricias, pero sus ojos estaban clavados en mi. Me pedía ayuda con la mirada. Quería follar… Sí, pero quería clavármela a mi.
La visión era increíble. Un grupo de amigos, en el que yo había percibido malas vibraciones, estaban revolcándose desnudos por la hierba, otros apoyados en los árboles ancestrales, lascivos, compartiendo sexos, comiendo fluidos, gemidos e incluso aullidos que eran correspondidos en la lejanía por los auténticos lobos.

Ahí estaba yo sentado, observando la belleza del momento, intentando que las babas continuas no estropearan el suelo donde mi musa, Medea, estaba bailando. Me miraba con deseo, tenía a 6 hembras desnudas frente a mi, cada una bailaba a su macho, pero Medea, ella acaparaba toda mi atención, era única, su contoneo, sus curvas, sus movimientos serpenteantes, se acariciaba de arriba a abajo con la yema de los dedos marcando el contorno de sus pechos, su cintura, su trasero... se llevó un dedo a la boca mordiendo sutilmente la puntita, como si su timidez le impidiera desearme como antaño. Mi pene estaba a punto de reventar la botonera de mis bermudas. Medea se apartó, corriendo con la punta de sus pies se acercó a Laura y la trajo hasta mi.lado ¿Por qué ella? Sabe perfectamente que no la deseo, pero prometí ser su esclavo, y ese era su deseo, consintiendo en que me la follara.
Medea y una de sus amigas se acercaron a nosotros y comenzaron a besarnos, yo estaba excitadísimo, Laura no entendía nada, pero el vino y la magia de la noche pudieron con su eterna represión, le susurré al oído "déjate llevar, y verás la luz". A Laura le gustaba escucharme cuando hablaba de esoterismo, y así lo hizo, y una vez su líbido salió de su interno pude ver en sus ojos la lujuria y el deseo que debía existir sin prejuicios de morales preconcebidas, me acerqué a ella, le acaricié su rostro, sonreí y le dije "ahí estás, este es el espíritu del bosque, enlaza con él para poder materializar todo lo que sientes", me acerqué lentamente y la besé.

Vosotros lo veréis como una gran bacanal, pero yo veo algo más, veo como las almas pueden llegar a olvidar rencores y tabús impuestos si se le sabe canalizar la energía.
Solamente quedaba yo bailando y me dirijí a Martín. Cogí de la mano a la niña y la llevé a otro chico que estaba también solo. Ella se negaba y le dije: “Esta noche Martín es mio y solamente mio, mañana os vais y ya será tuyo… al menos su cuerpo”.
Martín estaba sentado, desnudo, con un rabo como el del incubo y mi colgante……… en su cuello, ¿qué hacía con él? Se me caería en el albergue, o ese sueño... ¿fue sueño?.

Medea vio el colgante y sonrió a la vez que estaba aturdida, pero pronto volvió al asunto que tenía entre manos, mi verga!!, para así hacerse notar y darme a entender que era suyo, que mi polla le pertenecía sólo a ella esa noche, y ciegamente confié en eso.

Yo desnuda de pie frente a él. Su cabeza quedaba a la altura de mi sexo... me abrí un poco de piernas, cogí su cabeza por sus cabellos rizados y la acerqué a mis labios para que oliera a su hembra, a la hembra que tanto deseaba y que iba a ser solamente suya. Creí que solo iba a usar su nariz para oler, pero sacó su endiablada lengua y me dio dos lamidas que casi me hacen caer al suelo… ufffffff… quería más… mássss!!!... mis manos apretaban su cabeza a mi coño y él no dejaba de comerlo.

Dulce, suave, jugoso, rasurado... así disponía Medea aquello que me volvía loco, impregnado de su perfume y comiendo aquél manjar, me sentía como antaño, bebiendo la hydromiel que las amazonas me prepararon en uno de mis viajes. Mi lengua se paseaba de arriba a abajo sin detenerse salvo en aquél punto que la hacía estremecer cada vez que presionaba sin pudor, agarrándome con fiereza y clavando sus uñas en mi piel, eso me gustaba, esas marcas en mi pecho perdurarán hasta la eternidad, y cuando deje de sentir esas uñas sabré que la he perdido para siempre.

Cómelo es tuyo… dame placer… eres mío. Sigue… quiero que mi primer orgasmo lo reciba tu boca. Allí depié, temblando de placer, con sus manos en mi culo y su boca en mi coño, lamiendo y succionando como si el mañana no existiese… así mi amor, así… todo para ti…

Comía sin parar, lamía y absorbía su esencia, creí que sería al revés, que ella me quería para sí en un primer momento, que me robaría mi alma, mi semilla, pero no, quería demostrarme que fuera como fuese ella me pertenecía en ese momento, entre el aquí y el ahora, y después sería el turno en que yo me entregara totalmente a sus pasiones, y le ofreciera más que mi alma, lo más íntimo que un hombre puede entregar a una mujer, una lágrima. Una suave brisa nos envolvió refrescando la ardiente pasión que brotaba por nuestros poros, sus pezones erectos se estremecieron encogiéndose y poniéndose duros. Medea... hasta el silbar de tu nombre me produce escalofríos.

Y llegó mi orgasmo… mis aullidos… y el fuego de la hoguera se avivó sin más, cogiendo formas humanas del pasado… veían morir en placer a su Diosa Medea.

Como en pentecostés unas lenguas de fuego nos rodearon, y por un momento pareció que cada uno de nosotros hablaba en idiomas extraños, desconocidos por nosotros mismos... una simple ilusión? Medea estaba fuera de sí, exahusta, consumida en un momento desacelerado de placer, como si de un trance se tratara se agitaba con sus caderas sobre mi boca, mientras sus manos seguían dibujando sangre en mi pecho.

Caí de rodillas encima de él. Ahora era mi boca la que estaba a la altura de la suya.
Coloqué mi mano sobre mi colgante en su cuello (colgante que él me regaló cuando me juró amor eterno) mientras besaba sus labios.
Iba a montarlo en esa postura, pero entonces él se giró y me puso a cuatro patas con la cabeza apoyada en la hierba.
Comenzó a comer y lubricar con saliba mi culo…metiendo sus dedos para dilatarlo y cuando estaba listo, no se puso de rodillas para penetrarme…se puso depié con las piernas abiertas y semiflexionadas sobre mis caderas, agarro con su mano su polla dura y grande y la metió con suavidad en mi culo entre mis gemidos de dolor y placer.
Al principio iba suave, pero luego era un salvaje, me sujetaba las caderas con las manos para soportar sus embestidas. Se paró, me tumbó boca-abajo sin sacarla de mi culo y en esa posición siguió follándome a su antojo. Su cuerpo totalmente tumbado sobre mi no me dejaba moverme. Estaba al punto del orgasmo, la locura y el desfallecimiento. Yo no paraba de gemir y él metía sus dedos en mi boca para que los chupara y mientras él follaba mi culo como un loco y se imaginaba a la vez que sus dedos en mi boca eran su polla, yo me corría como una auténtica posesa y él arqueaba su espalda en su orgasmo diciendo mi nombre.
Absolutamente nadie pudo hacer oidos sordos de aquella manera brutal de poseer a una hembra. Por las miradas creo que pensaban que Martín era otro tipo de hombre, pero volvieron a lo suyo y allí nadie comentó nada mas.

Abrió los ojos y la vi, sin lugar a dudas, era ella, Medea, y el colgante regresó a mi sólo para mostrarme el camino de aquella a quien una vez juré amor eterno, y quien prometió esperarme errante en la morada de los vivos hasta mi regreso. Y he aquí, dos almas unidas por la causalidad en busca de la luz, y esta noche, junto al fuego sagrado, gritarían al universo y se jurarían una vez más amor eterno.
Tras su orgasmo nos fundimos en un beso que hizo que el tiempo no tuviese principio ni fin, el fuego ya no chispeaba, las risas se acallaron, la quietud del lugar, el sonido ensordecedor de la noche convirtió ese beso en alguna más que una promesa o juramento, y el simple deseo de tener sexo por la lujuria se fue convirtiendo poco a poco en pasión desenfrenada. Sólos Medea y yo frente a los elementos, sílfides, duendes, ondinas y salamandras, aparecieron a nuestro alrededor protegiéndonos de todo lo ajeno a nuestra preperción, indicándome que había llegado el momento de hacer entrega de los presentes. Me puse de pie, desnudo con mi miembro en escuadra, con el muérdago bendito en mi mano derecha y lo lancé para que ardiera en el sacro círculo. Regresé con mi dueña y señora, postrándome a sus pies con la rodilla derecha clavada en el suelo, mostrándole tal y como soy, sin engaños, y le ofrecí una rosa roja, cortada justo en el ocaso del día más largo del año. Su decisión o no de tomarla dependería únicamente de su corazón. Y yo sólo podía esperar una respuesta.

Se la daré....pero solo a él.