UN PASEO POR LAS NUBES

Jamás pensé que me ocurriese a mi, aunque no se porqué lo dudo, porque últimamente me pasa de todo.

Vestida de secretaria sensual...."como todas las mañanas", dando los buenos días a todo el personal del edificio de mi trabajo..."como todas las mañanas, cogiendo el ascensor a mi oficina..."como todas las monótonas mañanas", se mete conmigo en el ascensor el chico mas genial de todo el edificio...."eso era un milagro", y a mitad del recorrido se para el ascensor...."eso fue una putada", o al menos lo pensé en ese momento.

Alguien desde fuera nos dijo que nos relajáramos y que no perdiésemos los nervios que teníamos para una hora. Uffff....yo estaba como la gelatina, el chico estaba muy bien y era encantador desde que lo había conocido, pero estar encerrada con él entre la barriga de aquel monstruo metálico me estaba poniendo.....

Bueno, habrá que relajarse, no? tenemos para rato....dijo. Así que me agarró las manos, nos sentamos uno frente al otro y dijo que hablásemos de cosas que nos gustasen. La energía de sus manos y su sonrisa empezaron a relajarme, así que le dije que escribía erotismo porque me encantaba. Le comenté algunos de mis relatos y su cara empezó a transformarse.

En cada palabra, en cada susurro que contaba, él lo vivía. Y se hizo la magia.Me excitaba contarle, me excitaba que lo sintiese, se excitaba con todo. Ya nada importaba. Solo él y yo.

Dejé que sus manos nerviosas abrieran mis piernas, acariciando mis muslos y separando mi tanga para poder dibujar con sus dedos todo mi sexo. Sexo que se inundaba de olas calientes de placer, mojándolo por completo.

Su cara pegada a la mía, observándome, disfrutando con lo que en ella veía reflejado. De repente su cara desapareció....y comenzó a besar otros labios, lamía otra boca, tragaba otra saliba....y yo paseaba por las nubes por su infidelidad con mi sexo.

Quise pasear juntos en esas nubes y aparté su cabeza de entre mis piernas, le bajé los pantalones y me hice dueña de su majestuosa erección. Calor, sal, sangre en ebullición, gemidos sin control, palabras ahogadas....mi boca enloquecía con tantas sensaciones juntas.

Me quitó suavemente de entre sus piernas, me levantó, me subió a su cintura y me apoyó sobre un lateral. Lentamente me penetró...gemidos, gruñidos...me aferré a su cuello y le pedí fuerza. Empezó un mete y saca brutal y yo era una marioneta en sus brazos....sentía su estoque quemando en mis entrañas, su cuerpo frotándose contra mi clítoris.....me corría y mas y mas...aquel monstruo metálico no paraba de rugir y de menearse y al final, mi amante bajó de las nubes y se desplomó conmigo.

Nos vestimos y nos abrazamos jurando volver a vernos. De repente se abrieron las puertas del ascensor y debía de estar todo el personal del edificio, nos miraban con ojos desencajados. El me agarró de la mano, con una sonrisa divino le dio los buenos días al público presente y me invitó a desayunar.