PERFUME DE AZUCENAS

Llegué a casa, me dí cuenta que la llave estaba sin pasar y en cuento entré, rápidamente olí mi perfume de jabón de azucenas. Subí al baño y allí estaba él, tomándose un baño de espuma y tocándose. Me dijo.."Ven te necesito". Dejé deslizar mi ropa sobre mi cuerpo y desnuda quedé ante sus ojos. Me metí en la bañera, pero me dijo que me quedara de pié, con las piernas abiertas, que quería oler mi aroma de hembra. Acercó su cara a mi sexo y empezó a oler y besar un rato largo. Decía que le enloquecía mi olor a hembra y como dice J. Sabina "..no hay mejor perfume, que las manos te huelan a coño..".

Empezaron su juegos de lengua sobre mi sexo, estaba mojadísima y él pedía más. Mis piernas tiritaban, mis manos se apoyaban en sus hombros, mientras su lengua me hacía morir. Acelerada, lujuriosa, insaciable su lengua y llegó mi muerte agónica. Me desplomé y sus brazos me recogieron. Mi cuerpo sumergido en el agua con mis piernas abiertas, entonces él agarró su sexo, lo colocó sobre el mío y empujó con fuerza hasta penetrarme profundamente. Yo apenas había recobrado el aliento, pero mi mente me pedía darle placer a él, así que empecé a cabalgarle dentro del agua. Con fuerza, mucho ritmo acompasado por mis jadeos y sus gemidos, estaba mareada de la hiperventilación, pero tenía que seguir hasta que él muriera de placer. Llegaba y el mío de nuevo...más...más y en aquel baño se ahogaron nuestro aullidos.

Buena forma de relajarse después de un día duro de trabajo. No creéis?