ROSAS VERDES

Tengo la cabeza como una jaula de grillos. Ayer me levanté, preparo mi café, me maquillo, me pongo vestidito corte y escotado, taconazos para ir la trabajo...me veo guapa y dije "a la calle a mover el culito".

Cuando salgo de mi coche y siento como la suave brisa se mete por debajo del vestido y noto como me excita mas de lo normal. Me doy cuenta que no me había puesto ropa interior. Cualquiera que haya probado eso sabrá de lo que hablo, además hay algo que nos excita mucho y es que cuando te lamen el sexo, si soplan suave con la boca sobre él, te trastorna los sentidos.

Pues ahí estaba yo, con mi sexo desnudo, acariciándolo la brisa, masajeándose por el contoneo de mis muslos....mojada, mojada, mojadísima. Y ahora que hago yo?

Dicen que cuando menos te lo esperas, el diablo va y se pone de tu parte. Cuando iba a entrar en el portal de mi trabajo, alguien me susurra al oído que era preciosa..me giro y me veo un desconocido con un ramo de rosas verdes para mí. Si, si verdes, de esas que son difíciles de encontrar y que valen un dineral. Yo con mi sexo empapado, no lo dudé...Lo agarré del brazo, lo empujé dentro del portal, lo encendí con mis besos y mis toqueteos.

Le obligo a meter sus labios entre mi sexo y a librarme de aquel fuego que abrasaba mis entrañas..y que bien lo hacía, no tuve que guiarlo, sabía muy bien lo que tenía que hacer y duré unos segundos en deshacerme en su boca. Tenía que darme prisa porque alguien podía abrir la puerta en cualquier instante, así que, ante su atónita mirada, abrí su bragueta, saqué su sexo erecto, sus venas a reventar (como se suele decir, la tenía como el cuello de un cataor de flamenco), la metí en la boca y con tanto ritmo, fricción, succión y un sube y baja, que se fue en mi boca en un abrir y cerrar de ojos. Le dí un beso, le dí las gracias por las flores y subí supersónica a mi trabajo.

Allí lo dejé al pobre medio desmayado, apoyado contra el espejo de la pared y con el sexo colgando fuera del pantalón. No sé como, pero consiguió el teléfono de mi trabajo y a los dos días me llamó y me dijo:

"...Jamás en mi vida me habían agradecido un regalo así, jamás había conocido a una mujer como tu y así viva cien años, jamás podré olvidar a la mujer que me hizo tener tanta locura en tan poco tiempo, visitar el paraíso infernal del placer, hacerme sentir HOMBRE. Y te diré que cuando muera quiero que en mi epitafio pongan...AQUÍ YACE FELIZ EL HOMBRE CUYO CORAZÓN FUE ENTREGADO PARA SIEMPRE A LA DIOSA DEL AMOR"