El Olimpo de MEDEA

Me abrió las piernas deseoso por desencadenar el fuego que guardaba el Olimpo de Medea. Su lengua acariciaba mis muslos, su boca besaba cada milímetro de mi sexo. Sentía como a cada roce de su lengua, mi clítoris se inundaba de sangre, como crecía, como latía y como necesitaba esa lengua ardiente en él. Se lo supliqué, se lo imploré...amor necesito que lo recojas en tu cálida boca y lo ames...entonces sus dedos separaron mis labios y dejó caer su boca en él....lo succionó a la vez que lo mordía...me moría. Sentí que llegaba mi orgasmo, se contraía todo mi cuerpo y cuando llegó quedé inmóvil, no sentía apenas mi cuerpo. El lo sabía y siguió jugando con él...intenté quitarlo porque estaba tremendamente sensible pero eso a él lo volvía loco y bajando su ritmo y su pasión volví a sentir fuego en mis entrañas....otra vez no por favor.

Su ritmo volvía a crecer, aquella lengua estaba loca por lamer, por comer el elixir de Medea de nuevo y de nuevo llegó un segundo y aún mas prolongado orgasmo. Aquel me dejó casi desmayada, completamente a su merced. Se arrodilló y me agarro los muslos con sus manos y me penetró con fuerza. Mi cuerpo ya solo se limitaba a moverse con sus embestidas, mi sexo sentía como lo rompían por dentro, mi culo sentía los golpes de sus testículos enfurecidos, mi garganta no paraba de emitir gemidos, mis pechos se movían al ritmo que imponía su sexo, pero yo ya no era dueña de mi cuerpo..solamente él poseía la llave del Olimpo de MEDEA.